Estuve ese fin de semana en La Vega, la culta, olímpica y carnavalesca, como la llaman. Me inserté en parte de las actividades que se celebran por la llegada del día de Las Mercedes, patrona del pueblo dominicano para los católicos; Dominicana tiene dos patronas espirituales, La Virgen de Las Mercedes y La Virgen de la Altagracia (no sé exactamente por qué dos patronas, creo que somos los únicos). Sólo hay una virgen, que es Maria la madre de Jesús, los nombres diferentes se llaman advocaciones, que son los diferentes momentos de la vida de la virgen por los que la veneramos. Se le admira también por actitudes y gracias propias; toma sus nombres por los lugares o momentos donde apareció.
Mucha gente de varios lugares del país (el 23 en la noche vi gente dirigiéndose al Cerro a pie desde comunidades en las afueras de Santiago, que tremendo sacrificio) tienen por costumbre dirigirse desde el día 23 de septiembre al Santo Cerro, a escuchar las misas especiales de esos días, a agradecer a Dios y otras actividades espirituales; también está presente la gente que se da cita en las fiestas patronales de la comunidad del Cerro, actividad aunque también festiva, contrasta con lo que se hace en el templo metros más arriba.
Esa noche de víspera arrancamos para allá poco después de las 9:00 PM, al llegar aparcamos el vehículo en la casa de una conocida y subimos a pié hasta la iglesia, en la parte derecha de la plazoleta frontal estaban dos periodistas de la provincia junto con el padre Avelino, hablaban de lo que representa la celebración religiosa para el país. Tomamos fotos del lugar, recorrimos los alrededores y observamos la ciudad que se veía hacia abajo, entramos (no había misa aún) y junto con la feligresía nos dejamos llevar del ambiente reinante en el lugar; estuve callado por un buen rato observando muchos detalles de la gente, de la arquitectura, los detalles en madera, etc.
Más luego bajamos hacia las fiestas de la comunidad, en donde entre vendedores y lugareños que aprovechaban la festividad, nos colamos y pasamos un buen momento con buenas conversaciones propiciadas por la excelente compañía de un grupo de personas especiales para mí. Fue otra salida que me llenó bastante, pues aunque no amanecí en El Cerro, tuve sensaciones agradabilísimas al estar en ese lugar.
¡Hasta Pronto!