El verdadero significado de esta temporada, no son los regalos ni nada de eso, es el hecho de compartir y sentir que “huele a navidad”, como digo yo, es sentir el espíritu. Leamos esta historia conocida.
Dentro de un copo de nieve se sitúa el pueblo de Villaquién, y sus habitantes, los Quién, hacen frenéticos preparativos para las fiestas navideñas. Pero la pequeña Quién Cindy Lou se pregunta por qué por esas fechas a todo el mundo le da el arrebato consumista.
Al norte del pueblo El Grinch, un monstruo que detesta la navidad y la alegría de los Quién, por eso su corazón es dos veces más pequeño de lo normal. Cuando alguien se acerca a la entrada de su cueva, un enorme monstruo surge de ella, asustando a los chicos; en realidad, es el perro de El Grinch, Max, con una máscara y un altavoz que amplifica sus ladridos.
Cindy investiga sobre el pasado de El Grinch, y descubre que de niño era el hazmerreír de los niños de la escuela por su aspecto diferente. Cuando hace un ángel para regalárselo a Martha May, la única niña que no se reía de él, todos se volvieron a reír al ver los cortes que se hizo al intentar afeitarse. Desde entonces, El Grinch subió a lo alto del Monte Crumpit, se estableció allí y renunció a la Navidad, al mundo y a los Quién, que fueron tan crueles con él.
Sintiendo pena de El Grinch, y sabiendo que ella es la única que entiende su problema, Cindy Lou invita a El Grinch a la fiesta del Júbilo Quién, a ser el Alegre Maestre de la Navidad. El Grinch acude a regañadientes, gana el título de Alegre Maestre e incluso empieza a divertirse, pero el alcalde (quien de pequeño era quien siempre se burlaba de El Grinch) vuelve a ridiculizarle regalándole una maquinilla de afeitar, y El Grinch recuerda que de pequeño se rieron de él por haberse cortado al afeitarse. El alcalde pide matrimonio a Martha May y le regala un coche y un anillo de diamantes, pero El Grinch se enfada y revela por qué odia la Navidad: por el afán de consumir. Quema el árbol de Navidad que había en el centro de la plaza y vuelve a la cueva por el conducto de la basura. Allí, El Grinch se lamenta porque todos los que le han humillado al día siguiente serán felices con sus regalos. Entonces se le ocurre una idea: robar la Navidad. Se hace un traje de Papá Noel, construye un trineo y utilizando a Max como reno, va a Villaquién a robar todos los regalos y adornos de todas las casas. Cuando ha robado todos los adornos, luces y regalos, sube el trineo hasta la cima de la montaña para tirarlo todo. Mientras tanto, los Quién descubren lo que ha estado haciendo El Grinch toda la noche, y el alcalde dice que El Grinch ha destruido la Navidad y le echa la culpa a Cindy. Pero su familia, dice que El Grinch no ha podido robar lo más importante de la Navidad: el espíritu navideño. Así, todo el pueblo comienza a cantar. Cindy se va a ver a El Grinch.
Mientras tento, El Grinch no sabe por qué están todos tan felices, si no hay regalos. Entonces comprende el verdadero significado de la Navidad, y su corazón se hace tres veces más grande. El trineo está a punto de despeñarse, él intenta detenerlo. Cuando se dice a sí mismo: "Bueno, solo son juguetes, ¿no?", Cindy Lou aparece subida al trineo. El Grinch consigue tirar del trineo y salvarla a ella y a los regalos. De vuelta a Villaquién, El Grinch es perdonado por todos, excepto por el alcalde. Martha May busca en el trineo y devuelve el anillo al alcalde, diciendo que su corazón pertenece realmente a El Grinch. El banquete de Navidad se celebra en la cueva de El Grinch y éste trincha el pavo asado.
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