¡Al pan, pan y al vino,…!

Cuando nos hablan de vino a todos nos llega a la mente una nubecita con la imagen de un líquido extraído de las uvas, de hecho buscando en Internet encontré de varias fuentes que el vino es una bebida obtenida de la uva mediante fermentación alcohólica de su zumo; dicho proceso se produce por la acción de levaduras, las que transforman los azúcares del fruto en alcohol etílico y anhídrido carbónico. Esto me acuerda las clases de ciencias naturales en primaria que citaban a Pasteur como el descubridor del proceso de fermentación, el que hizo público en su libro "la vie sans l´air" (la vida sin el aire),
en alusión a la clave en este proceso, los microorganismos (levaduras) que viven sin oxígeno.

Lo que más me sorprendió es la tajante afirmación (para mí) de que: "Se dará el nombre de vino únicamente al líquido resultante de la fermentación alcohólica, total o parcial, del zumo de uvas, sin adición de ninguna sustancia". También vi que en muchas legislaciones se considera sólo como vino a la bebida espirituosa (con contenido alcohólico) obtenida de Vitis vinifera, pese a que se obtienen bebidas semejantes de la Vitis labrusca, Vitis rupestris, etc. (Todas especies de uvas). Estas pequeñas investigaciones me hicieron cuestionarme sobre la identidad de nuestras bebidas, perdón, "nuestras bebidas" viene de que hace poco más de dos meses un grupo de amigos y yo, cautivados por el arte de los vinos nos organizamos para fabricarlos. Encontramos por ahí una receta para hacer "vinos caseros", la modificamos adaptándola para el maíz, cerezas, cítricos, arroz, miel, guineo y hasta carambola, la idea de la personalización fue la de crear algo impactante. El grupo de bebidas que llamamos vinos no lo son. ¿Entonces que son nuestras bebidas? La respuesta está en el siguiente párrafo.

Para ser más específico, se considera bebida espirituosa a aquellas bebidas con contenido alcohólico procedentes de la destilación de materias primas agrícolas (uva, cereales, frutos secos, remolacha, caña, fruta, etc.). Se trata, así, de productos como el brandy, el whisky, el ron, la ginebra, el vodka, o los licores, entre otros. La definición técnica y legal de bebida espirituosa aparece recogida en el Reglamento CE 1576/89 (art. 1), básicamente entendemos por bebida espirituosa la bebida alcohólica destinada al consumo humano, con caracteres organolépticos (propiedades de los cuerpos que se pueden percibir por los sentidos)
especiales, con una graduación mínima de 15%vol, obtenida por destilación, en presencia o no de aromas, de productos naturales fermentados, o por maceración de sustancias vegetales, con adición o no de aromas, azúcares, otros edulcorantes (sustancia que proporciona a los alimentos un gusto dulce), u otros productos agrícolas.

¡Miércoles! De "Nuestras Bebidas" a ciencia cierta solo sabemos el nombre de una, la que preparamos con uvas (obviamente vino), las demás en sentido general no caben exactamente en la categoría de bebidas espirituosas pues no llegan a 15% (comparadas al gargantazo por ciento con otras bebidas) en su volumen alcohólico, esto puede ser tal vez por el método de preparación o la cantidad de ingredientes; la que creo que es igual o superior es la de maíz con pasas, a esa la podremos encasillar dentro de licor. Bueno, de todas maneras las llamaremos a todas (a excepción de la de uvas) espirituosas o licores, ¡ahora no se cómo con qué nombre diseñar las etiquetas, hay Dios míiiio (:-s)! De todas maneras nuestras bebidas han resultado muy buenas hasta ahora, según los catadores improvisados que han fungido como jueces culinarios, siendo nuestra materia prima el conjunto de levadura, azúcar (no en todos los casos) y agua, además de las frutas o cereales y otros complementos propios. Lo que nos queda es buscar medidas para darnos cuenta del grado alcohólico de nuestras creaciones, todo para saber su identidad teórica. Sé que a pesar de estas revelaciones algunos de mis amigos y jueces seguirán llamando a nuestras bebidas con el nombre de vino. ¡Salud!

¡Hasta pronto!